miércoles, 4 de marzo de 2009

UNA FOTOGRAFIA DE LA VIDA

Una fotografía es nuestro reflejo personal físicamente, en ella se demuestra la personalidad, el temperamento, si es serio, sonriente, loco, triste, bravo, imponente, gordo, flaco, pecoso, colorido, desaliñado, arreglado, elegante, hermoso, bonito, feo, tonto, bobo, idiota, maleducado, espontáneo, grosero, suicida, en fin todas las cualidades y defectos que podemos calificar en una fotografía.

Una fotografía de la vida es la experiencia que se adquiere en la vivencia de toda oportunidad que nos complace; el recuerdo que nos acompaña en las situaciones de alegrías, triunfos, congojas y fracasos; la emoción con locura e ingenuidad para ser la existencia en nuestro Planeta Tierra; la imperfección para aprender nuevas formas de supervivencia, superación y ser mejor cada día; la historia que dejamos cada época por nuestro recorrido a escalones con obstáculos y límites; la huella innegable de nuestra presencia hacia los demás seres humanos compartiendo nuestra historia y los sueños de un futuro cercano; la madurez que viene lento o apresuradamente con el recorrido de nuestro camino especialmente desde la adolescencia demostrando cambios repentinos de nuestra personalidad y temperamento, motivado por la familia y las amistades a cambio de pertenencia o complacencia, o los que caminan solitariamente aprendiendo de sus pasos lentos con seguridad madurando en cada experiencia que acepta como un reto.

Una fotografía de la vida es la mirada que ponemos frente al entorno que nos rodea, el pasado que no deja de ser pasado cuando quiere renacer momentos inolvidables, cuando no se ha sanado una herida profunda y dolorosa por desagradables circunstancias que se vivió y no se ha perdonado para seguir en paz y tranquilidad, cuando el recuerdo llega por sabiduría y aprendizaje intimo y personal, el nuestro presente es lo que más significado damos porque estamos existiendo, estamos respirando, estamos sintiendo la felicidad o la tragedia, estamos sembrando semillas, estamos teniendo salud o enfermedad, estamos felices o desamparados, estamos ricos o pobres emocionalmente, estamos en la máxima sensación de amor o aborrecimiento, estamos aprendiendo o ser ignorantes, estamos alimentándonos para mantener nuestro organismo en buen estado, estamos compartiendo sabiduría hacia los demás, estamos errando para aprehender cada éxito y fracaso hacia un futuro, un futuro que nos llena de sueños, ilusiones, utopías, fantasías, visiones, para plasmarlos indudablemente, en capacidad de aceptar las consecuencias positivas y negativas, realizándolos con confianza y plena fe, y sobre todo no olvidar lo que somos, lo que vemos en un determinado tiempo nuestro ser humano recogiendo los frutos que hemos sembrado durante el pasado.

Esa es la fotografía de la vida, nuestro reflejo única y original personalidad, nuestros sueños, nuestras frustraciones, nuestras victorias, nuestras memorias, nuestro aprendizaje, nuestra enseñanza, nuestro recorrido lleno de barreras, tropiezos, luchas y revolución propia del ser humano, que llevamos ahí desde que nacimos hasta nuestra expiración existencial en la Tierra.

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