miércoles, 21 de abril de 2010

CONFLICTO ENTRE NIÑA Y MUJER

Unas palabras sabias que rebasaron ante mis ojos frente a una pantalla, reflejando el extraño que me transmitía frases naturales tocadas desde el fondo de su alma, un incógnito que ha dado un nuevo rumbo en mi trasegar, dejándome llevar por mi burbuja personal, un conflicto que he propagado en mi ser, mente y corazón.

Tan marcada mi historia personal, siendo un ser humano sin importancia, dando valor a lo que he superado, empujado por otros que me han acompañado en el recorrido de la vida, muchos sentimientos encontrados para evadirlos y no tomar en cuenta hacia ellos, tal vez, algunos dieron rienda y calor en mí, pero una vez más, los he callado.

Vuelvo a encerrarme en mi mundo, creando bretes y un gran escudo, de la cual tornaría difícilmente romperlo, me han enseñado a depender de mis determinaciones hacia mis parientes, la cual inevitablemente he quebrado, solo por motivación colectiva más no personal. He aquí ante mi incógnito, tan solo esquivarlo, me ha causado más sorpresa dentro de mi yo interior. Ciertas personalidades saben de mi estruendoso y silencioso pasado, han demandado con su sabia exigencia y valentía para yo retomar, adquirir coraje hacia mí misma, y sentido de pertenencia en una sociedad consumada.

Mi conflicto personal entre una niña y una mujer; recuerdo vívidamente sus cultos mensajes, esas palabras que resonaron vigorosamente en mi consciencia: -“Yo quiero hablar con una mujer, no con una niña de 26 años”- Esas frases dieron sentido a mi ser humano mujer escondido en alguna parte de mi cuerpo… Había considerado volverme vegetal, andar sin rumbo, estar sin motivación personal, actuar sin carácter; he pasado por etapas crueles en mi crecimiento y desarrollo de naturaleza, asignando con fervor mis hormonas apagadas, ante la misma circunstancia que me llevó a actuar y seguir como si no hubiere importancia en la dureza de la vida suministrando poco beneficio individual.

Mi consciencia batallando para entrar en razón sobre esas sencillas y sinceras palabras, la realidad impuesta en que correspondo, acepto modificar y mejorar mi carácter como mujer, ya que es la prueba viviente en mi sendero, he enfrentado a mi interior “una lucecita”, ese albor está pidiendo a gritos removiendo hilos de sentimientos para encontrar mi consciencia de “mujer”, para equilibrar mi temperamento y tomar riendas, riesgos y romper mi encasillamiento de “niña consentida”. Ha de ser un trabajo arduo, pero con tenacidad y espíritu emprenderé una motivación más en mi vida.

-“Quedo agradecida al incógnito que ha llegado a cruzar en mi pasaje, sin esperarlo, yo di una nueva ilusión en mí…”-

Romperé el cascarón y abriré nuevamente mi coraza, para suavizar mi razón de ser…